domingo, 8 de enero de 2012

Palabras de un remitente desconocido.

Hay veces donde miro a mi alrededor, entonces descubro que nadie sabe quién soy ni la forma en que los miro, la forma en que percibo las cosas, porque es pasión y no insulto. Es más que palabras, llevo mucho intentando calmarte y entonces tú que lees, supongo que puedes sentir mi dolor, mi enojo o el amor que encuentro en ocasiones.
Miras mis palabras y puedes imaginar mis ojos, mis manos o mi cuerpo derrotado, podrías sentir mis lágrimas caer en tus zapatos, ver el beso que regalo cada día de forma inesperada, puedes mirarlo todo. Es como dejar las ventanas de la imaginación abierta, como un telón que nunca se cierra. Les dejo todas las herramientas para saber quién soy. Las fotografías no son solo la forma de mirarme a mí, solo es un cuerpo que cada vez está más cansado, cada vez me consume más la anemia y sé que lo único que perecerá serán las palabras, lo mucho o poco leído, la inteligencia y lo que tomen de mí.
Desccen tanto de mí pero dejo ver gran parte de mí, por poco que parezca, parece ser tan frágil y sutil, es un reflejo de mí, mirame así, conoceme en las letras, en mi gramática y aceptalo todo como es, déjate caer en la fantasía a la que mis poesías te lleven, no es cosa de pensar, es solo mirar con otros ojos, te daré los míos para que veas mi historia, mi dolor, mis pasiones y todo lo que en mí permance en obscuro.
Son mis cartas a tí, remitente desconocido. Vamos a jugar a escribir, como siempre lo hacen todos.

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